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Foto del escritorMario come Oaxaca

¡Ya llegaron los de Ejutla!

¡Ya llegaron los de Ejutla, con la alegría de sus sones, pa’ que conozcan ustedes a Oaxaca y sus regiones!


Si leíste esto cantando, seguramente estás familiarizado con el jarabe ejuteco, una de las delegaciones que más prende el ambiente en la Guelaguetza y que han estado ahí desde que iniciaron los lunes del cerro hace más de ochenta años. Voy a contarles esta bonita relación de amistad con el pueblo ejuteco y cómo llegue a portar su indumentaria.



Todo inició en diciembre de 2018, estaba preparando con mi equipo de cocina una cena privada especial para la empresa que trabajé anteriormente. La Señora G es una mujer que ama la cultura de Oaxaca, así como su familia y posee una colección de indumentarias de envidia; en la prueba de menú, me invitó a pasar a su armario para contemplar todos sus trajes, y sólo me dijo: “adelante Mario, llévate la que quieras”, entre un vertiginoso desfile de colores, me enfoque a una blusa: la blusa chenteña. Así que en el día de su evento, me quité la filipina y serví la cena con tanto amor portando la blusa que ella me había regalado (extraño mucho esos eventos).



Ahora que ya tenía la blusa, lo más congruente era hacer una sesión de fotos; sin embargo, faltaba la indumentaria completa, les platicaré de que consiste: el traje completo de Ejutla de Crespo es una combinación entre lo indígena y lo colonial; primero hablemos de nuevo de la blusa chenteña que proviene de San Vicente Coatlán, población aledaña que pertenece al mismo municipio de Ejutla y por cierto que buen mezcal se hace por ahí, la blusa está hecha de manta y bordada en la perchera con punto de cruz de colores muy brillantes, y como también el “hazme si puedes” en el plisado; también cuenta con la falda que es de popelina y de colores muy chillantes y listones negros, llega a usarse entre 12 a 14 metros de tela, por lo tanto es muy pesada pero es ideal para que los faldeos se vean espectaculares; también se cuenta con tlacollales multicolores en las trenzas, joyas, pulseras y collares de fantasía, ceñidor rojo, rebozo y unos huaraches de pata de gallo que tradicionalmente se hacen ahí.



Para esta sesión la falda y los accesorios fueron prestados por Scarlett, una amiga mía de Ejutla con la cual he convivido en muchas calendas y guelaguetzas, esta falda es hermosa porque tiene un color rosa mexicano intenso. Mi amigo Eduardo me ayudo a vestirme, y además como necesitaba movimiento, me enseño un par de pasos de jarabe ejuteco. “Faldear” es una sensación increíble que muero por aprender a hacerlo. Esta sesión fue tomada con un Huawei P20 mate Pro, ya que en ese momento no tenía un fotógrafo disponible, de todos modos la esencia es lo que importó.



Así que me puse a bailar y por segunda vez en el barrio de Jalatlaco. El Jarabe Ejuteco se compone de tres partes: el jarabe inicial que presenta el baile; el palomo que es la parte del cortejo y picaresco donde el hombre busca desesperadamente robarle un beso a la ejuteca; y la culebra, que es la parte final y donde el hombre campesino va en búsqueda del mítico reptil para volarle la cabeza.



La sesión fue muy cansada pero muy divertida, aquí les dejo unas fotos:






Posteriormente de las fotografías, viajé en el 2019 dos veces a Ejutla de Crespo. Para los que no saben, se encuentra a una hora de la Ciudad de Oaxaca, pertenece aún a Valles Centrales, pero sinceramente para mi es una combinación de algarabía serrana con elegancia vallista. La primera vez fui acompañado por un grupo de amigos y asistimos a la ya tradicional Feria de la Salchicha Ejuteca, cabe mencionar que esta salchicha es el platillo insignia de Ejutla, se cuenta que fue una aportación de los ingleses cuando se estaba construyendo el ferrocarril y había minas, y se fusionó con las especies que hay en la región, en este viaje conocí a una de mis amigas y ejutecólogas favoritas, la Doctora Conchita Carballido, quien nos invitó a su casa y a recorrer su pueblo.



Salchicha ejuteca

Dulces regionales

Chile taviche


Mi segunda visita fue en septiembre, en esta ocasión fui solo y vine a conmemorar la fiesta patronal de la Virgencita de la Natividad que como todos los asisten los pueblos aledaños. Mi amiga Conchita fue mi anfitriona y guía en aquel fin de semana, pero honestamente iba por algo en particular: volver a ponerme la indumentaria Ejuteca. Previo a la fiesta, se celebra una Guelaguetza donde varias delegaciones del estado asisten incluyendo a los residentes. No desaproveché el momento, y justo cuando salíamos de la casa de la doctora ya iba como toda una hermosa ejuteca. Como conozco muchas personas en el ambiente guelaguetzero, no podía quedarme sentado a ver el espectáculo, así que me fui directo con mis amigos y obviamente a camuflajearme con los ejutecos, que en verdad quiero y estimo muchísimo. Gracias Aranza, Yatziri, Arilei… las más bonitas del grupo.





Al día siguiente, tocaba darle las mañanitas a la virgencita, posteriormente almorzar un coloradito con su chocolate y pan, disfrutar de la calenda y volver a ver el tornasol que se forma cuando estás viendo el Jarabe Ejuteco.


Niñas de Coatecas Altas


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1 comentário


Ceci Pérez
Ceci Pérez
01 de jul. de 2023

Qué bonita reseña muy bien explicada y sobre todo lo más importante es que pudo usted presenciar de manera personal.


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